Según se desprende de los textos consultados, quizás desde su reconquista por los cristianos, perteneció a los Condes de Pallars hasta el año 1179.
En su testamento del año 1178, Doña Oria Condesa de Pallars Pallás, (según Zurita), deja casi todas sus pertenencias a su nieta Valencia, quien había sido encomendada a ella por su padre el Conde D. Ramón V de Pallars. La niña quedó al cuidado de su abuela Oria y al de las monjas del Monasterio de Casbas. La voluntad de Dña. Oria era que hasta que Valencia cumpliera ocho años, las rentas de Peralta de Alcofea y Torres de Alcanadre debían revestir al monasterio, y si ésta muriese, las villas de Peralta y Torres de Alcanadre, deberían pasar a formar parte del patrimonio del monasterio de Santa María de Casbas.
Si nos atenemos a la documentación conservada, podríamos decir que Valencia murió prematuramente, antes del año 1179. Según el documento otorgado por el rey Alfonso II en 1179, pertenecían al monasterio de Casbas las siguientes posesiones: villa de Casbas, derechos sobre la villa de Labagüarre, castillos y villas de Morata y Santa Agram, heredades en Ricla y Calatorao, castillos y villas de Peralta de Alcofea , Torres de Alcanadre y Torrillón, villa de la Roya y heredades en Alcolea.
En documentos del año 1290 y 1295, hablan sobre la cuestión surgida entre la abadesa Urraca, las monjas y el procurador real, Galaciano da Tarba, por el monedaje, primicias, cena, hueste, cabalgada y otros tributos, que tenían que pagar los habitantes de Casbas, Sieso, Yeso, Bierge, Peralta de Alcofea, Torres de Alcanadre y la Roya, vasallos del monasterio.
El 3 de febrero de 1308, el Rey Jaime II de Aragón otorga un privilegio por el cual concede al monasterio (según había previsto en el privilegio de 1292) la mitad del monedaje que le correspondía a él en los lugares de Bierge, Peralta, La Roya, Torres de Alacanadre, etc... En mayo de 1341 las villas de Peralta de Alcofea, Torres de Alcanadre y Torrillón son arrendadas a Bruno Martínez de Jaca que pagará 5.000 sueldos anuales.
Torres de Alcanadre pagaba al monasterio de Casbas, la décima de los corderos, pan, vino, queso, lana, lino, cáñamo y aceite. Además pagaban quince sueldos jaqueses anuales por la utilización de los hornos para cocer el pan.
En el siglo XIII la economía de Torres era de autoabastecimiento, y sobre todo productos provenientes de la agricultura.